Artistas representativos del movimiento (3):
Cada artista muestra un estilo particular en el momento de diseñar sus trabajos. Es un movimiento difícil de definir ya que da lugar a obras muy diferentes, haciendo hincapié más que en un estilo en una búsqueda cuasi científica por provocar determinados efectos perceptivos en el espectador. Aúna el racionalismo, el aspecto lúdico, la mecánica y la tecnología posterior a la segunda guerra mundial.
Asimismo la frontera entre el arte cinético y el op art es difusa ya que ambos se centran en el efecto de movimiento, ya sea real o ilusorio. Las obras cinéticas están compuestas de partes móviles que se ponen en movimiento por medio de corrientes de aire o de un mecanismo, jugando también con la luz y con la participación del espectador.
Del espectador se espera su participación activa, modificando la obra mediante sus desplazamientos, o por su intervención al accionar las máquinas o modificar los módulos que la forman.
Son algunos de sus representantes (2):
Vasarely: www.todacultura.com/movimientosartisticos/cinetismo El cinetismo era importante para él por dos razones: una es personal, según dice: "la idea del movimiento me ha perseguido desde mi niñez"; y la otra es la idea más general de que una pintura que vive por medio de efectos ópticos existe esencialmente en el ojo y en la mente del espectador, y no simplemente en la pared. Se completa a sí misma cuando se la mira.
Siente que todas las artes plásticas forman una unidad y que no hay necesidad de dividirlas en categorías fijas, tales como pintura, escultura, gráfica o incluso arquitectura.
S. de Camargo: los relieves y esculturas del brasileño están en el límite del arte cinético, pero ciertamente muy próximos. Usa, para cubrir las superficies de sus obras, pequeñas unidades cilíndricas colocadas al azar e inclinadas de manera que el plano en el extremo del cilindro nunca está orientado frente al espectador. La obra en sí está generalmente pintada de blanco, de manera que cada pieza se convierte en un intrincado juego de reflejos y sombras. Aquí también parece haber un deseo de disolver todo lo sólido, todo lo pesado, en favor de un juego etéreo de luz y color. Distancias, planos y formas se vuelven ambiguos. A pesar de ser físicamente masiva, la obra parece ligera y flotante. Un efecto similar se puede observar en la obra del artista alemán Günther Uecker quien usa púas o clavos para quebrar sus superficies, produciendo así un aspecto diáfano, una superficie que no es verdaderamente una superficie.
Cada artista muestra un estilo particular en el momento de diseñar sus trabajos. Es un movimiento difícil de definir ya que da lugar a obras muy diferentes, haciendo hincapié más que en un estilo en una búsqueda cuasi científica por provocar determinados efectos perceptivos en el espectador. Aúna el racionalismo, el aspecto lúdico, la mecánica y la tecnología posterior a la segunda guerra mundial.
Asimismo la frontera entre el arte cinético y el op art es difusa ya que ambos se centran en el efecto de movimiento, ya sea real o ilusorio. Las obras cinéticas están compuestas de partes móviles que se ponen en movimiento por medio de corrientes de aire o de un mecanismo, jugando también con la luz y con la participación del espectador.
Del espectador se espera su participación activa, modificando la obra mediante sus desplazamientos, o por su intervención al accionar las máquinas o modificar los módulos que la forman.
Son algunos de sus representantes (2):
Vasarely: www.todacultura.com/movimientosartisticos/cinetismo El cinetismo era importante para él por dos razones: una es personal, según dice: "la idea del movimiento me ha perseguido desde mi niñez"; y la otra es la idea más general de que una pintura que vive por medio de efectos ópticos existe esencialmente en el ojo y en la mente del espectador, y no simplemente en la pared. Se completa a sí misma cuando se la mira.
Siente que todas las artes plásticas forman una unidad y que no hay necesidad de dividirlas en categorías fijas, tales como pintura, escultura, gráfica o incluso arquitectura.
S. de Camargo: los relieves y esculturas del brasileño están en el límite del arte cinético, pero ciertamente muy próximos. Usa, para cubrir las superficies de sus obras, pequeñas unidades cilíndricas colocadas al azar e inclinadas de manera que el plano en el extremo del cilindro nunca está orientado frente al espectador. La obra en sí está generalmente pintada de blanco, de manera que cada pieza se convierte en un intrincado juego de reflejos y sombras. Aquí también parece haber un deseo de disolver todo lo sólido, todo lo pesado, en favor de un juego etéreo de luz y color. Distancias, planos y formas se vuelven ambiguos. A pesar de ser físicamente masiva, la obra parece ligera y flotante. Un efecto similar se puede observar en la obra del artista alemán Günther Uecker quien usa púas o clavos para quebrar sus superficies, produciendo así un aspecto diáfano, una superficie que no es verdaderamente una superficie.
A. Calder: podría pensarse que la ingravidez, como parte de la tradición cinética, nos retrotrae hacia un artista de poderosa influencia en el arte de su época, el cual desarrolló un lenguaje musical y natural que no pretendía imitar nada. Exhibió sus móviles por primera vez en los años treinta, incluyendo en sus creaciones la poesía y la alegría. La idea original vino de un divertido y delicado circo de juguete que había construido, pero los móviles en sí, con sus costados brillantemente pintados, conectados por ejes y cables, parecen haber tomado una cantidad de ideas de las pinturas de Miró. Suspendía objetos de distintas formas y colores y los hacía girar y oscilar en el espacio en un delicado equilibrio. Sus hoy célebres “móviles” inventados en 1932, se componen de varillas metálicas y de chapas pintadas que se mantienen en precario equilibrio y que se agitan como las hojas de un árbol al menor soplo de aire.
Bridget Riley: historiadelarte4.blogspot.com. Es probablemente la más brillante de todos los artistas cinéticos que han trabajado en dos dimensiones.
Rechazará ciertamente la sugerencia de que sus pinturas no están destinadas a expresar o comunicar un sentimiento. Su obra está a menudo intrincadamente programada: las formas y su relación recíproca se ajustan a series matemáticas predeterminadas, pero se llega a las progresiones en forma instintiva. La señorita Riley trabajó anteriormente sólo en blanco y negro, pero ahora, habiendo pasado a través de una fase donde los colores se usaron en sordina, ha creado una serie de deslumbrantes cuadros llenos de colorido. Éstos exploran la forma en la que se puede hacer que cada color se vuelque en otro por medios ópticos; o la manera en que la totalidad de la superficie del cuadro pueda trasladarse de lo cálido a lo frío, a través de la progresión de matices.
Rechazará ciertamente la sugerencia de que sus pinturas no están destinadas a expresar o comunicar un sentimiento. Su obra está a menudo intrincadamente programada: las formas y su relación recíproca se ajustan a series matemáticas predeterminadas, pero se llega a las progresiones en forma instintiva. La señorita Riley trabajó anteriormente sólo en blanco y negro, pero ahora, habiendo pasado a través de una fase donde los colores se usaron en sordina, ha creado una serie de deslumbrantes cuadros llenos de colorido. Éstos exploran la forma en la que se puede hacer que cada color se vuelque en otro por medios ópticos; o la manera en que la totalidad de la superficie del cuadro pueda trasladarse de lo cálido a lo frío, a través de la progresión de matices.
Francois Morellet de estilo severo. www.imageandart.com/tutoriales/historia_arte/cinetico Su obra más conocida es la Sphére-trames (Esfero-Tramas), una esfera hecha con barras colocadas en ángulos rectos para formar una estructura celular que, por medio de sus múltiples perspectivas, tiene extraños efectos sobre la luz. Una obra afín es el entramado de tubos fluorescentes, que parece disolver la pared detrás de él. Morellet también es un artista cuya obra está relacionada con la de los minimistas de Norteamérica.
J. R. Soto: www.proa.org/exhibicion/soto/biografia.html: venezolano; sus primeras influencias fueron Mondrian y Malevich. A principios de la década del cincuenta hizo pinturas que creaban su efecto por repetición de unidades, dispuestas de manera tal que el ritmo que las unía llegó a parecer más importante al ojo que cualquier parte individual. La pintura era, por lo tanto, no algo completo en sí mismo, sino una parte de un soporte infinitamente grande que el espectador debía imaginar. Soto se interesó luego en efectos de superposición, como lo había hecho Vasarely. Dos modelos hechos sobre láminas de plexiglás fueron montados algo separados y parecían mezclarse en un nuevo espacio que oscilaba entre ambos planos.
Más tarde, Soto empezó una serie de experimentos con pantallas forradas que tienen placas metálicas que se proyectan enfrente de ellas, o varillas metálicas o alambres libremente suspendidos frente a este campo vibratorio.
La vibración tiende, desde el punto de vista óptico, a absorber y disolver los sólidos. A cada instante, a medida que el espectador mueve sus ojos, aparece una nueva ola de actividad óptica. La más intensa de las obras de Soto consiste en grandes mamparas de varillas colgantes, suspendidas a lo largo de una pared, estas capas de varillas parecen disolver todo el costado de una habitación, tomando en cuenta todas las reacciones instintivas del espectador hacia un espacio cerrado.
J. R. Soto: www.proa.org/exhibicion/soto/biografia.html: venezolano; sus primeras influencias fueron Mondrian y Malevich. A principios de la década del cincuenta hizo pinturas que creaban su efecto por repetición de unidades, dispuestas de manera tal que el ritmo que las unía llegó a parecer más importante al ojo que cualquier parte individual. La pintura era, por lo tanto, no algo completo en sí mismo, sino una parte de un soporte infinitamente grande que el espectador debía imaginar. Soto se interesó luego en efectos de superposición, como lo había hecho Vasarely. Dos modelos hechos sobre láminas de plexiglás fueron montados algo separados y parecían mezclarse en un nuevo espacio que oscilaba entre ambos planos.
Más tarde, Soto empezó una serie de experimentos con pantallas forradas que tienen placas metálicas que se proyectan enfrente de ellas, o varillas metálicas o alambres libremente suspendidos frente a este campo vibratorio.
La vibración tiende, desde el punto de vista óptico, a absorber y disolver los sólidos. A cada instante, a medida que el espectador mueve sus ojos, aparece una nueva ola de actividad óptica. La más intensa de las obras de Soto consiste en grandes mamparas de varillas colgantes, suspendidas a lo largo de una pared, estas capas de varillas parecen disolver todo el costado de una habitación, tomando en cuenta todas las reacciones instintivas del espectador hacia un espacio cerrado.
L. Tomasello: www.macla.laplata.gov.ar/exposiciones/anteriores/2004 sus relieves están relacionados con la obra de Soto, pero usando un principio algo diferente. Fija por un ángulo, sobre una superficie blanca, una serie de cubos huecos. Los mismos son blancos en la parte exterior, pero algo coloreados en la interior, y una de las caras, invisible al espectador, se deja abierta. Por refracción, esto produce efectos trémulos y suaves de luz coloreada sobre el plano que están fijados los cubos.
Le Parc: www.latinartmuseum.com/JULIO_LE_PARC. crea artefactos que pertenecen en parte al laboratorio y en parte a la feria de diversiones. Son experimentos con mecanismos y con la psicología del espectador. Ha utilizado elementos que sorprenden o sugestionan la mirada: espejos, lentes distorsionantes, bolas que ruedan por complicados laberintos, efectos de luz y movimiento a través de dispositivos ocultos. Le Parc es un artista que trasciende a los movimientos del op art, del cinético y del conceptual, haciendo, principalmente, un arte experimental. El espectador se torna colaborador; no es invitado a leer un significado en lo que ve, sino a reaccionar. En este sentido, Le Parc es el equivalente de Johns o Cage en Norteamérica.
Artista- pintor argentino, nacido en Mendoza, en 1928, se inscribe en el denominado arte cinético y óptico, ha tenido la suerte de tener un importante reconocimiento internacional.
En 1958, se instala en París, Francia, tras la obtención de una beca de perfeccionamiento. En 1960, investiga sobre lo visual, el movimiento y los colores, creando junto a otros vanguardistas argentinos y franceses, el GRAV (Groupe de Recherche d´Art Visuel) junto a Horacio Garcia, Hugo Demarco, Francisco García Miranda, Molnar, Sergio Moyano Servanes, François Morellet, Francisco Sobrino, Joël Stein y Yvaral (Jean-Pierre Vasarely), publicando el primer manifiesto en 1961. Su objetivo es luchar contra el arte de minorías, encerrado en galerías de arte y con “figuras del arte” y buscar un arte en estrecho contacto con el público y con un artista más anónimo. Cada manifestación del grupo debía ser “una fiesta colectiva” y muestra de ello fue su jornada “Un día en la calle”, el 19 de Abril de 1956 en París, por cuyos barrios fueron llevando todo tipo de artilugios (un taburete con muelle, un caleidoscopio gigante…) para que el público pudiera interaccionar con ello mientras una cámara de televisión filmaba el acontecimiento. El GRAV se interesó, entre otras cosas, por la relación entre el ojo y el objeto, relación que consideraban base de su trabajo. Para ello utilizaron recursos relacionados con la visión y la percepción.
Artista- pintor argentino, nacido en Mendoza, en 1928, se inscribe en el denominado arte cinético y óptico, ha tenido la suerte de tener un importante reconocimiento internacional.
En 1958, se instala en París, Francia, tras la obtención de una beca de perfeccionamiento. En 1960, investiga sobre lo visual, el movimiento y los colores, creando junto a otros vanguardistas argentinos y franceses, el GRAV (Groupe de Recherche d´Art Visuel) junto a Horacio Garcia, Hugo Demarco, Francisco García Miranda, Molnar, Sergio Moyano Servanes, François Morellet, Francisco Sobrino, Joël Stein y Yvaral (Jean-Pierre Vasarely), publicando el primer manifiesto en 1961. Su objetivo es luchar contra el arte de minorías, encerrado en galerías de arte y con “figuras del arte” y buscar un arte en estrecho contacto con el público y con un artista más anónimo. Cada manifestación del grupo debía ser “una fiesta colectiva” y muestra de ello fue su jornada “Un día en la calle”, el 19 de Abril de 1956 en París, por cuyos barrios fueron llevando todo tipo de artilugios (un taburete con muelle, un caleidoscopio gigante…) para que el público pudiera interaccionar con ello mientras una cámara de televisión filmaba el acontecimiento. El GRAV se interesó, entre otras cosas, por la relación entre el ojo y el objeto, relación que consideraban base de su trabajo. Para ello utilizaron recursos relacionados con la visión y la percepción.